La Ronda: La Peor Cerveza de mi Vida

En la inauguración Oficial de La Ronda, Max Bahnson nos propone que hablemos de la peor cerveza de nuestra vida. Lo primero acerca de lo que me gustaría reflexionar es el concepto de mala cerveza. ¿Qué entendemos por mala?¿Qué pautas seguimos para calificar una cerveza como mala o incluso como la peor de todas las que jamás hayamos probado? La respuesta es un tema complicado que abarca diferentes aspectos de la vida cervecera de cada uno como son : Salubridad, gustos, situaciones personales, experiencia e incluso sentimentalismos...Todo esto puede llevar a considerar una u otra cerveza como basura infame o  como o melhor del mondo

Desde Siempre fui un tipo de los que no rechazaba cerveza nunca, por muy barata, rara, o desconocida que fuera. Creo que es algo común a todo proceso de aprendizaje. Es necesario ir acumulando experiencias  Muchas han sido las cervezas –consideradas baratas y malas- que durante años han ocupado nuestras despensas y frigoríficos. Hay que decir también que muchas fueron las que acabaron el el fregadero porque un poco de honor y amor propio siempre es necesario en esta vida. En general  desde la perspectiva actual,  en la que tenemos acceso a cerveza de más calidad y más conocimientos para ir probando y apreciando, podría decirse que esas cervezas eran malas: la cantidad de extractos, su envasado en lata, el exceso de adjuntos baratos, la palabra Ley de Pureza costando la cerveza 20 centimos de euro  y otros etcs les daban esa categoría. Sin embargo la función que desempeñaron durante los años de estudiante con trabajo precario y poco dinero en el bolsillo fue crucial para que, al menos en mi caso, tuviera puntos de referencia a la hora de buscar la cerveza satisfactoria. Y en según qué casos fueron y en la memoria se quedan, como las mejores de nuestras vidas.

Paradojicamente para encontrar la que podría decirse que es la peor cerveza de mi vida-esto es, la cerveza que más me decepcionó, no me tengo que retrotraer hasta los años de juventud desenfrenada Sin duda el tipo de cerveza que más me defrauda es aquel en el que la publicidad se orienta hacia  hacernos creer que se tiene una pretendida marca de carácter y estílo. Aquellas cervezas que juegan con la mercadotecnia de una manera más que abusiva con el propósito de que la forma prime sobre el fondo, siguiendo vayamos a saber, qué motivos económicos, son las que más me suelen defraudar después.

Para mi la peor cerveza que haya probado nunca –y espero que siga siendo así por mucho tiempo- es la Delirium Tremens. El motivo principal es que para mi gusto personal es una cerveza totalmente desequilibrada, con una absoluta preponderancia de los azúcares y el alcohol por encima de todos los demás sabores y olores y con un ardor excesivo producido por los mismos ingredientes que saturan el trago en cada sorbo. En fin un auténtico desastre que por tres veces, en distintas situaciones y estados de ánimo hicieron que fuera incapaz de terminar. Una decepción total que demuestra una vez más que los mitos y la fama no siempre indican calidad y que la sobrevaloración de ciertas cervezas de origen determinado es algo que puede producir muy buenos réditos económicos pero también dejar muy malos sabores de boca. Haya Salud.